Peter Esho nos cuenta en su último artículo cómo, tanto el Banco de la Reserva de Australia (RBA) como el Banco de Canadá (BOC), sorprendieron a los mercados esta semana con declaraciones de políticas más moderadas. El RBA aumentó las tasas, como se esperaba, mientras que las tasas del BOC se mantuvieron estables después de aumentar de forma acelerada el año pasado.
Ya hemos escrito sobre la relación entre Australia y Canadá anteriormente y, a menudo, vemos a ambos países, tomados en conjunto, como posibles precursores de la, mucho más grande, economía estadounidense.
Las perspectivas tanto para Australia como para Canadá actualmente se ven empañadas por una serie de desafíos, que incluyen la desaceleración del crecimiento, la alta inflación y la disminución del gasto en los hogares. Ambos países tienen mercados de préstamos a relativamente corto plazo, lo que significa que los movimientos de las tasas se sienten de forma más rápida y aguda en el segmento de los bienes raíces residenciales.
Otro factor clave que ha vinculado históricamente a Australia y Canadá es su dependencia de las exportaciones de materias primas, particularmente de China. Ambos países se han beneficiado enormemente del auge económico chino en las últimas dos décadas, con la creciente demanda de materias primas que elevó los precios aumentando sus ingresos por exportaciones.
La dependencia de las exportaciones de materias primas también ha hecho que ambos países sean vulnerables a las fluctuaciones de la demanda y los precios globales, así como a los cambios en la política económica china. La recuperación china está tardando un poco más de lo esperado, como Peter escribi hace dos semanas.
Por lo tanto, la contribución de las materias primas al PBI y su timing son inciertos.
La moderación de los bancos centrales este mes ha estado en torno a las implicaciones para la vivienda. En los últimos años, tanto Australia como Canadá, han experimentado importantes auges inmobiliarios, con precios al alza y altos niveles de deuda en los hogares.
Si bien estos auges han respaldado el crecimiento económico y el consumo, también han creado riesgo de inestabilidad financiera y la posibilidad de una corrección del mercado inmobiliario. Las subidas de los tipos de cambio han comenzado a notarse y queda aún un efecto retardado por manifestarse.
La modesta caída en los precios de la vivienda en ambos países es una preocupación clave para quienes formulan sus políticas, ya que podría provocar una fuerte contracción en el gasto y una desaceleración económica más amplia. En Australia, la oferta de viviendas es muy limitada y esto ha proporcionado una especie de colchón a la caída de la demanda, limitando la baja en los precios de las viviendas.
Los permisos de construcción australianos cayeron un 28% en enero, su mayor caída en más de 25 años. El RBA reconoce que “Los alquileres están aumentando al ritmo más acelerado de los últimos años, con tasas de disponibilidad bajas en muchas partes del país”. Y esto se debe a problemas de oferta.
Mercados laborales ajustados
El mercado laboral aún se mantiene fuerte en ambos países, a pesar de que las pérdidas de empleo reportadas comienzan a aumentar. Y aquí es donde los bancos centrales se centrarán en los próximos meses. Estados Unidos está luchando exactamente con este mismo problema, pero está dispuesto a aumentar las tasas mucho más para resolverlo.
Australia y Canadá son un poco más cautelosos. Aquí es donde el RBA, el BOC y la Reserva Federal de EEUU se están alejando el uno del otro. Las notas del RBA dicen que “Muchas empresas siguen experimentando dificultades para contratar trabajadores, aunque algunos informan de una disminución reciente de la escasez de mano de obra. A medida que el crecimiento económico se desacelera, se espera que aumente el desempleo”.
El BOC no notó la debilidad laboral en su declaración, pero dijo “La política monetaria restrictiva sigue pesando sobre el gasto de los hogares, y la inversión empresarial se ha debilitado junto con la desaceleración de la demanda interna y extranjera”.
Los dólares australianos y canadienses se hundieron esta semana frente al dólar estadounidense siguiendo esta narrativa. Es cierto que el australiano cayó mucho más fuerte.
La clave aquí es que Australia y Canadá están comenzando a reconocer su debilidad, aunque sea pequeña. Si los datos de los próximos meses confirman estas preocupaciones, podríamos ver al RBA moverse a una posición de pausa como el BOC mientras la Fed continúa con su régimen de alzas masivas. Y entonces, en algún momento, algo se desajustará.
Podrían aparecer grietas en EE.UU.
Ya estamos escuchando la anecdótica evidencia de las crecientes presiones de los bienes raíces comerciales en el mercado estadounidense. Esto antes de otro aumento de 50 puntos básicos, que ahora está siendo revaluado por el mercado. Estimamos que el 48% de los préstamos inmobiliarios comerciales de EE. UU. tienen tasas flotantes y la gran mayoría de ellos vence entre este año y el próximo.
Con todo eso en mente, a largo plazo podemos ver que Australia y Canadá podrían soportar la tormenta mucho mejor que los EEUU en el caso de que veamos un escenario de aterrizaje forzoso.
El diferencial de los tipos de interés a corto plazo podría ser negativo en relación con el aumento de los tipos de cambio de EEUU y es probable que ambas divisas experimenten presión de venta en los próximos meses. Pero la prudencia del RBA y el BOC al contenerse para ver cómo llegan los datos podría redundar en aterrizajes más suaves, lo que resultaría en menos recortes y tal vez incluso repuntes a fines de 2023, a medida que se reduzca el diferencial de tasas.
Australia y Canadá son buenas apuestas a largo plazo, sus monedas son atractivas a largo plazo en relación con el tan caro dólar estadounidense.
La Reserva Federal de los EEUU está en un mundo completamente distinto, buscando restablecer su credibilidad. El único problema es que podría presionar demasiado y causar un estallido en algún lugar, lo que genera presión para reducir las tasas nuevamente.
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Paula es Economista y Investment Specialist en Wealthi. Conectá con Pau en LinkedIn.